“En la guerra todas las personas son víctimas. Para reconciliar a las comunidades una necesita crecer sin herir a otras personas, estar en paz con su gente y con otras no iguales a las suyas, respetarse”.
A sus 43 años Tecla Wanjala, madre de cuatro hijos, dedica su vida a la construcción de la paz. Es una trabajadora social de larga experiencia y ha obtenido una maestría en resolución de conflictos. Su labor con personas refugiadas comenzó en 1991 y más tarde trabajó con desplazados internos en el distrito donde vive en el oeste de Kenya. Tecla organizó encuentros de reconciliación entre grupos étnicos enfrentados y hasta el día de hoy sigue trabajando en la reconstrucción de la paz en el período de posguerra, desde los ámbitos locales de las comunidades hasta los nacionales más amplios. Cuando cuenta qué la motiva, Tecla nos dice: “No quiero que mis hijos sufran de la forma que he visto sufrir a tanta gente”.
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